Apenas aterrizando todavía en tierras salvadoreñas, varios integrantes de ACUA y CEICOM (las ONG´S con las que colaboramos) ya nos habían invitado a visitar el Bajo Lempa y su escuela agroecológica. Dicha escuela está impulsada por organizaciones como CERAI (centro de estudios rurales de agricultura internacional) o ADIBAL (Asociación para el Desarrollo Integral del Bajo Lempa). La escuela nace en 2006 con escasos medios para su desarrollo pero, con la colaboración y solidaridad de varios grupos y personas, se consigue crear una infraestructura apta para la realización del trabajo.
CERAI y ADIBAL son el centro donde convergen siete grupos de productores agroecológicos que conforman una red de producción, distribución y comercialización de sus propios productos, de los que pretenden conseguir una certificación ecológica.
El proyecto está orientado a fomentar una cultura de consumo responsable y recuperar el patrimonio gastronómico del Bajo Lempa, así como recuperar la identidad campesina. Para ello están organizando diversas jornadas de formación de las cuales hemos podido ser testigos:
Pasamos la noche allá, entre millones de zancudos (unos mosquitos gigantes) que no me picaron porque me unté, literalmente, en repelente. Al día siguiente visitamos la granja del amigo Adolfo donde nos dio una serie de lecciones técnicas y éticas de como vivir de la tierra. A través del cultivo asociado se garantizan la salvación de uno de los productos (maíz o arroz) sean cuales sean los problemas climáticos que puedan sufrir. Además Adolfo nos contó que no tiene mucho dinero, pero sin embargo su familia no pasa hambre y que nunca nadie le podrá arrebatar la satisfacción de trabajar su tierra.
Como bien dice mi gran amigo guanaco Cesar Eraso, allá en el Bajo Lempa respiramos aires de comunidad, aires de algo maravilloso que está ocurriendo en ese pequeño rincón de El Salvador.
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